lunes, 23 de febrero de 2009

Tele realidad o tele morbosidad?


Hoy venia escuchando en la radio que, llegando a los extremos más extremos a los que podíamos llegar, una ex-concursante del gran hermano británico, Jade Goody de nombre, está viviendo en directo su agonía con el cáncer.


Al parecer la buena mujer logró hacerse con el público del "programa"¿?, con frases del tipo "Río de Janeiro es una persona?", allá por el año 2002. Ahora, enferma de cáncer cervical, expone en una serie documental esta última etapa de su vida; ha vendido y vivido en directo su boda con su ya marido (en libertad provisional y con pulserita electrónica en la ceremonia), y sabe dios que más mostrará; no obstante y para dejar a la audiencia más tranquila (¿?), su representante ha dicho que su muerte no será emitida,..., si, más tranquilos nos quedamos, donde va a parar, mejor quedarnos solo con la agonia de una enferma terminal.


Y si alguien piensa que esto es una burrada, que no puede pasar más que en Reino Unido, no nos rasguemos las vestiduras, que en nuestra televisión poco nos faltará para tales extremos. Aquí tenemos grandes hermanos, tenemos islas de supervivencia, granjeros que buscan esposas, periodistas que pasan 21 días con los sin techo viviendo como ellos, o matándose de hambre como cualquier enfermo con TCA (para exponer su realidad y concienciarnos, claro, no por el morbo); y tenemos una caja roja, en la cual someten a una persona a una inundación ante las cámaras, diciendo que es una terapia psicológica como nunca se ha visto (claro, señores, una inundación a los psicólogos nos puede llevar unas 12 sesiones entre preparar al paciente, fortalecerlo, entrenarlo y exponerlo).


En fin que la realidad ¿?, quiere inundar la pantalla, la realidad más sangrante y ofensiva, en la cual vale todo, hasta vender tu muerte, por un puñado de euros.