En apenas una semana he tenido que decir adiós a dos personas a las que quería mucho.
El fallecimiento de una de estas personas me llenó de dolor, impotencia, tristeza, y porque no decirlo, rabia, mucha rabia. Cuando había recuperado su vida, cuando había comenzado a saborearla de verdad, cuando se había hecho dueño de sus actos y su destino, consciente y sereno, la vida decide dar un revés, y llevárselo para siempre.
Pero me quedo con todo lo que he aprendido de él, con su constancia, su valentía, su seguridad, su fuerza y su empuje, y sobre todo, con su serenidad para, a pesar de saber que su vida se iba acabando, disfrutar de cada momento, pisar con fuerza en su convencimiento y luchar hasta el final.
Hoy viene a mi recuerdo el día en que siguiendo la cita de Søren Kierkegaard hablamos de que
cuándo las dudas y temores del pasado vuelen por tu mente, recuerda que la vida solamente pode ser comprendida mirando hacia atrás, pero debe vivirse con la vista mirando hacia delanteGracias, muchas gracias, porque conocerte ha sido un privilegio.
Hasta siempre.